Línea de fuga

Ser una falla en el sistema, por fuera de los 15.750 c/s. 

Nadie puede huir sin advertir el encierro.

La hormiga deambula, gira, va y viene dentro del círculo dibujado sobre el papel. No sale de ahí. Llega al borde de la tinta, se frena, apoya una de sus patas y retrocede. No atravesará el límite dibujado hasta que logre conciencia de hormiga y se fugue sin saber hacia dónde su acción  la llevará. Nadie puede huir si primero no advierte que está encerrado. Para llegar a la falla, para ser fuga, hay que entender cómo funciona el circuito cerrado.

Capítulo primero: SINCRONISMO

Todo está sincronizado desde el principio. Las 20 canciones de la lista aleatoria, que con el play están ahí, esperando ser el punto de impacto. Cada acción dentro del circuito es un punto de referencia. La reproducción de una canción, la visualización de una película, la compra con tarjeta, el envío de datos en un restaurant, el código QR en el bar, la carga de nafta, un beso, el sexo, todo. Una vez que el sistema lea las distintas localizaciones del sujeto, puede en segundos determinar dónde estará en el futuro, qué va a cenar, con quien dormirá, y si soñara con ovejas eléctricas durante la noche. Y de hecho, así será hoy, mañana y pasado. Todos los días, dentro del círculo marcado con lapicera, como la hormiga. Hay una sincronización de los actos, de los pensamientos, del goce, de los placeres y hasta del deseo.

 “En los sistemas de televisión, la imagen que es transmitida y la que es recibida deben estar fijas, de modo tal que le espectador pueda ver lo mismo que ve la cámara. Ambas deben trabajar al unísono. Esta es la función de la sincronización o pulsos de sincronismo en la señal transmitida y los circuitos asociados del receptor.” (Pág. 13, “Fallas de sincronización en T.V”, Ira Remer, Edit Glem S.A, 8° edic, 1979 )

Capítulo segundo: EL PULSO

Inspirar el aire en una tarde de verano, sentirse libre, dejarse llevar por las reproducciones automáticas de la vida, por la tranquilidad de pensar que acá no pasa nada, es el inicio del pulso. Es la entrada al comienzo de la sincronización, el principio del control. Ese pulso que luego será una onda es el acto más complejo y determinante de la fuga. Es la acción que marca el tiempo de la respiración antes que todo se vuelva aliento, antes de que el aire atraviese el cuerpo y sea expulsado en un soplo de existencia. Pero ahí, en esa acción, en el inicio del pulso, previo a que ingrese al tubo, es donde quizás se pueda llegar  a modificar la onda y correr la frecuencia de los 50 C/S.

Lograr la transformación, quedar sin aire, dejar que el tiempo transcurra, casi como una muerte para empezar con otro ritmo, con otra secuencia, con otro tiempo que no es el esperado por el sistema, por otro movimiento que escapa al registro. Alterar el inicio del pulso, alterar la cantidad de repeticiones para escapar al control del sincronizador y generar una falla en el sistema.

“El pulso de sincronismo horizontal recibido es usado para controlar el comienzo del barrido horizontal en el tubo de imágenes del receptor. Este barrido consta de dos partes: una línea horizontal producida por el haz electrónico que se desplaza de izquierda a derecha (viendo el receptor de frente), y un retorno horizontal, en el cual el haz vuelve hacia la izquierda (este último movimiento no puede verse porque el haz se borra durante el tiempo que dura el retroceso). Este ciclo se repite 15.750 veces por segundo, al mismo tiempo que el haz se va moviendo también hacia arriba y hacia abajo debido al barrido vertical en una relación menor.” (Pág. 14, “Fallas de sincronización en T.V”, Ira Remer, Edit Glem S.A, 8° edic, 1979 )

Capítulo tercero: LA ONDA

Así, luego del primer acto, al final del corredor, la acción podrá iluminar el círculo de tinta dibujado sobre la hoja de papel. Inspirar es el primer pulso, morir en el intervalo y al exhalar el segundo. Luego se habrá generado la onda. Se asciende en la acción, se sostiene en el éter y se deja caer para ser. Hay que morir en el intervalo para existir luego. Los pulsos se transforman en ondas. Las ondas en ciclos. Todo es cuestión de tiempo. De conciencia, de movimiento y de tiempo.

Los ciclos se repiten de forma precisa. Van y vienen en la pantalla del televisor. De izquierda a derecha. Son las acciones de presionar un botón, de comprar en el supermercado, de besar, de levantarse cuando suena el ring-stone. Son los barridos del sistema.

“La forma de onda de sincronismo está compuesta por pulsos. Estos pulsos están todos por encima del nivel de borrado (pedestal) y consecuentemente no son vistos sobre la pantalla del tubo de la imagen. La precisión con que se repiten estos pulsos es suficiente para una sincronización positiva de cada uno de los barridos horizontal y vertical.” (Pág. 18, “Fallas de sincronización en T.V”, Ira Remer, Edit Glem S.A, 8° edic, 1979)

Capítulo cuarto: EL BARRIDO

En cada acción lejos del sincronismo, uno está solo. Es el acto más difícil y aventurado. Es arrojarse a una muerte imaginaria, es dejar el vaso de ginebra donde la mesa termina, donde no hay nada para apoyar. Se le teme a la soledad, como se le teme a la muerte. La primera acción es de ruptura, el primer acto es el de correr de un empujón en el tiempo a la sincronía que está por llegar. 

“Dado que la parte principal de este pulso inicia la acción del oscilador de barrido horizontal (comienza el tiempo del Flayback, se lo considera como la parte critica del pulso. Todos los pulsos principales deben ser cuidadosamente espaciados y el tiempo de la pendiente, el más corto posible. El tiempo de elevación o pendiente del pulso del sincronismo es de 0.254 micorseg ( 0.4004 H)”.(Pág. 25, “Fallas de sincronización en T.V”, Ira Remer, Edit Glem S.A, 8° edic, 1979)

Capítulo quinto: LA PÉRDIDA DE SINCRONISMO HORIZONTAL

“La frecuencia horizontal está determinada por la exploración de 30 cuadros de 525 líneas cada uno, por segundo de transmisión.”  (Pág. 23, “Fallas de sincronización en T.V”, Ira Remer, Edit Glem S.A, 8° edic, 1979)

La acción fundamental está en el origen del pulso, teniendo la conciencia que arranca el barrido y con él  la soledad, el vacío, la nada. Que todo vuelve. Que regresa. Que viene cargado de sistema. Poder soportar los barridos, los pulsos y en fin, la frecuencia es la clave para crear, para volver con algo-nuevo.

Es sentir el viento en la espalda, verlo pasar, llegar al borde y volver.  Alterar la frecuencia. Modificar el ritmo.

“Cuando la frecuencia del oscilador horizontal no es exactamente 15.750 c/s, la imagen aparece segmentada en diagonales.” (Pág. 25, “Fallas de sincronización en T.V”, Ira Remer, Edit Glem S.A, 8° edic, 1979 )

Es como un ruido en la imagen, en lo esperado. Es un comportamiento que escapa al control. Estos ruidos son líneas de fuga.

La falla permite que la imagen se altere, que no se vea, que escape a lo mirado, que haya un vacío, un no ser. Que sea solo el emisor a las puertas de un posible nuevo sistema, creado por él. Aunque sea unos segundos. Esto implica estar solo, estar en soledad. No ser un pulso sincronizado. No ser una frecuencia estándar. Ser una falla. Escapar al control, no ser detectado. Ser invisible. O sea, mejor dicho, una imagen no aceptada por el sistema de televisión. Ser una no imagen. Ser rayas. Líneas. Ser algo sin sentido listo para ser leído de otra forma. Para crear algo nuevo. Para repensar. Ser una fuga. Buscar otra secuencia, otros pulsos, otro ritmo. Alterar el funcionamiento del aparato.

Des imaginarse.

Des proyectarse.

Ser líneas en fuga.

No ser lo esperado. No ser lo que se debe. Escapar. Cambiar la frecuencia es una cuestión de tiempo.

Capítulo sexto y final: SOLEDAD / SER FALLA

La soledad es una cuestión de tiempo… y de distancia. De distancia entre espacios, objetos, personas. De distancia en los barridos. De distancia entre dos puntos. Y también del tiempo de esa distancia. De la frecuencia en las repeticiones. La profundidad, la intensidad y el tiempo dependen de cada uno. Depende de la resistencia. De la posibilidad de soportar el barrido mientras vuelve para crear algo nuevo. De saber enfrentar el retroceso a des/tiempo. De sostener los barridos de la existencia.

El ser deambula entre pulsaciones que van y vienen. Cada acto de respirar dentro es un barrido. Un pulso que va, y otro pulso que vuelve. Que vuelve con información y retroalimenta al sistema. Perfecciona la sincronización, el control y el correcto funcionamiento. Respirar sin morir es estar sincronizado. Respirar sin alterar el ritmo es morir, pero también seguir muerto.

Hacerse invisible para el espectador es hacerse invisible para el sistema. Es hacerse invisible para uno mismo. Es no esperar, es sentir/soportar/ vivir/crear/ /es paz al final.

Es

devenir en fuga.

Es transformarse en un CAOS-CREATIVO

es

DES/ APARECER LUEGO

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Natalia
Natalia
3 years ago

👏👏👏grande Alfredo Elias👏👏👏

Emilio
Emilio
3 years ago

Muy bueno!!!

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Alfredo Marón

Alfredo Marón

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