Archivo de la Memoria Trans: potencia en mutación

Llevar la militancia en el cuerpo. Reconstruir la memoria colectiva para que pueda ser reconocida como verdad y llegar a una justicia. Un espacio donde reunir a las sobrevivientes, sus memorias e imágenes para preservar la memoria de esos cuerpos que sufrieron los atropellos de la policía, el abandono del Estado y la hostilidad de la sociedad. Un dispositivo vivo y en constante movimiento. Otorgar entidad a los ecos de las voces de aquellas que ya no están. Rescatar aquello que todavía se mantiene activo. El Archivo como potencia en mutación. Vencer el olvido recuperando desde el pasado las huellas de una memoria cultural acallada.

María Belén Correa nació el 25 de junio de 1973 en Olivera, partido de Luján, donde vivió su infancia, hasta su traslado a la Ciudad de Buenos Aires. Por su identidad de género y su activismo, sufrió acoso y violencia, en 2001 tuvo que exiliarse  a Estados Unidos, donde recibió asilo  político en 2004. Con una larga trayectoria dedicada al activismo, la formación de grupos y redes de militancia, en el año 2012 crea el Archivo de la Memoria Trans de Argentina, con la intención de recobrar y conservar la memoria histórica del colectivo transexual de su país. Hoy reside en Alemania desde donde sigue trabajando con el AMT en paralelo con en el grupo que formó: “Cosmopolitrans”, una red de ayuda a las personas de la comunidad latina que transitan por Alemania o que viven allí, e invitada en el comité organizador de Jornadas Trans Latinoamérica y Europa. Charlamos con ella sobre el tratamiento mediático de la transexualidad, el problema de la visibilidad, la libertad del exilio y del carnaval, el Archivo como reconstrucción de la memoria y el primer libro del AMT que saldrá a la venta en Enero de 2021. 

Sofía: En una entrevista con Revista Furias, cuando te preguntan por tu primer acercamiento al activismo decís que a los 17 años lo que veías de activismo era Jáuregui en televisión en los finales de los ochentas, y después  a las transexuales que salían en Nuevediario, que eran las chicas que trabajaban en Panamericana. A partir de esto me surgió la pregunta de ¿Cuál sentís que fue el rol de los medios de comunicación en tu vínculo con el activismo? 

Belén: Supongo que era el único medio que había en ese momento. Yo soy de la generación del inicio de la democracia, los procesos fueron  distintos  ya que yo estoy hablando prácticamente de los 89/90,  cuando ya hay un canal privado, el Canal 9, y dejan de ser sólo  canales del Estado, tenían más “independencia periodística” por decirlo de algún modo. Pero si hubieras visto cómo se nos trataba en esos programas… cuando terminaban una entrevista a una chica Trans lo que tenían era una psicóloga o una psiquiatra para analizar el caso de estas personas. Podes acercar uno de estos programas para que veas como nos trataba Silvia Fernández Barrio, la periodista que estaba a la cabeza en ese momento de Nuevediario, que después de terminar  de hacer una nota, después de decir quienes eran “estas personas” cuandos se referían a nosotras, hacía un análisis hablando de “estas personas que están locas”. Esta es la forma como se nos trataba en la prensa. Más allá de eso, esas pequeñas intervenciones que había de forma mediática y sensacionalista, era el pequeño acercamiento que yo podía llegar a tener desde un pueblito chiquito a las afueras de Luján. Entonces, si vos me preguntas cuál fue la importancia, fue la importancia de lxs primerxs activistas que se empezaron a hacer visibles a pesar de la prensa que había en ese momento. Ya que era un uso mutuo, “yo se que vos me estás utilizando pero a la vez yo te utilizo para poder ser visible y que la persona que estuviera más remota pudiera llegar a escuchar”. Yo creo que fue eso más que nada. No fue tanto la prensa sino los activistas de aquella época. Pienso más que nada eso porque la prensa no lo hacía para darnos una visibilidad, la prensa lo hacía para poder tener un sensacionalismo que era que Nuevediario saliera todos los días desde Panamericana documentando la muerte de las compañeras y las matanzas, pero a la vez estas muertes eran burladas  No les llamaba la atención que las mataran, les llamaba la atención que estuviéramos ahí o quienes éramos. Ese sería el mensaje de la primera pregunta. Si bien para mi era poder tener el acercamiento de lo que podía llegar a ser las primeras personas o el primer acercamiento al activismo, o lo que yo creía que era hasta ese momento lo único que yo podía llegar a ver, no había otra cosa que pudiera llegar a ver. 

S: Desde tu lugar actual ¿cuál te parece que es tu vínculo con los medios o con las redes también? 

B: Las redes fueron las que hicieron el acercamiento para el Archivo de la Memoria Trans (AMT). El Archivo nace desde un grupo cerrado de Facebook. En cuanto a la prensa de hoy, depende de lxs distintxs aliadxs que tenemos dentro de la prensa para que puedan llegar a ver cómo podemos ser tratadas o tratados tanto como hombres y mujeres trans. Normalmente hay muchos medios que creen que están hablando de nosotras y hablan de los trans o de las trans, ignorando que tienen que estar hablando de las personas trans: hombres y mujeres trans. En la prensa hoy por ejemplo escuchas muy fácilmente que por querer hablarlo políticamente correcto utilizan la palabra trans pero le agregan el artículo “los”, en el cual continúa exactamente el mismo pensamiento de “los travestis”. . No hace falta ir muy lejos para verlo: hace muy poco Mariana Nanis habló acusando que la mujer que tiene hoy en día Caniggia era una travesti o había sido una operada… y en el momento en el cual estaba hablando dice “porque se la cortó” o “lo que era antes”. Y dentro de querer proteger el “¿cuál es el problema que antes haya sido un travesti o que hoy sea un trans?”, en la misma defensa utilizan el mismo estereotipo. Pero es más, no es una defensa real, es una defensa políticamente correcta en la cual te das cuenta que no tienen la información porque te siguen tratando de la misma forma con el artículo y piensan que lo están haciendo bien por utilizar la palabra trans, cuando la mal utilizan porque así están diciendo exactamente lo mismo que decían antes. Entonces de ahí es la diferencia de lo que son las redes, manejadas por nosotras mismas, y lo que es la prensa hasta el día de hoy dependiendo de lo que son los distintos medios, dependiendo de quién escriba, y dependiendo de quién haga la entrevista. En el resto continúan muchos esquemas en el mismo formato. 

S: ¿Pensas que hay un modo de reparar esto estructuralmente, alguna herramienta que podría llegar a ayudar al buen uso de los términos y una concientización?

B: De la misma forma que lo venimos haciendo: tratando de ir educando paso por paso para poder pensar que las distintas generaciones van a llegar a tener el cambio. Es la forma en que estuvimos haciéndolo desde el año 93: educando periodistas, psicólogos, psiquiatras, analistas, psicopedagogas y todas las personas que utilizan nuestras vivencias para poder juzgarnos, escribir libros sobre nosotras y poder llegar a decir quién tiene razón sobre nuestros mismos cuerpos. Desde la Organización Mundial de la Salud en la cual recién sacaron la transexualidad del desorden psiquiátrico hace muy pocos años, donde la homosexualidad seguía siendo un régimen psiquiátrico, donde hoy en España el grupo Vox está tratando de poder legalizar las terapias de conversión. Osea que el mecanismo de volver hacia atrás está constante, ese mecanismo de violencia y de derecha que hace que sea el control social y sexual de las personas. Es constante esa lucha en la cual todo el tiempo tenemos que estar haciéndonos visibles para poder reclamar los mismos derechos que tiene cualquier otra persona. 

El único problema que tuve con mi familia fue mi visibilidad. Había una frase que decía mi mamá: “Podes ser lo que vos quieras pero ¿para qué tenes que publicarlo?”. Vengo de un pueblo muy chiquito en el cual las primeras notas que hacían en los diarios se las pasaban por debajo de la puerta a mi mamá y ella terminó encerrándose dentro de su misma casa por vergüenza por decirlo de alguna forma.. Yo no tuve problemas familiares por mi transexualidad, yo tuve más problemas familiares por mi visibilidad. Esa fue una de las partes que tuve que estar negociando para poder conseguir derechos, parte de lo que yo tuve que sacrificar. Normalmente las personas no tienen que estar haciéndose visibles para conseguir derechos, las personas trans sí. Por ser trans éramos consideradas delincuentes, porque estaban los policías que me condenaban. Nací antes de 2012, yo nací en dictadura dentro de las personas trans. Porque la democracia para las personas trans comenzó en 2012 con una Ley de Identidad de Género donde me reconocían como ciudadana o ciudadano votante, con derechos, que me cubrió el 30% porque gracias a esa ley cuando me muriera podría tener una placa con mi nombre, nada más. Y un DNI. Después empezaron  a hacer distintas clases de leyes especiales de cupo laboral, ley integral trans, distintas leyes que van dando en cuentagotas. 
Nosotras todavía no tenemos acceso a la vivienda, mucho menos a la salud. Si no hubiera sido por la salud alemana yo estaría muerta en este momento. Estamos hablando de una Argentina en la cual tenemos leyes de primera pero que no se están cumpliendo.

“Eso somos como país también, el daño sin tregua al cuerpo de las travestis”.  (Camila Sosa Villada en Las Malas)

Foto del acervo de Rosario La Uruguaya, Archivo de la Memoria Trans.

S: ¿Qué encontraste en el exilio?

B: Libertad. Salud. Tranquilidad. Las cosas que me faltaban y por las que me escapé de Argentina. Si me preguntas ¿qué perdí? Perdí mi familia, perdí mis amistades, perdí mis afectos, todo lo que no entra en una valija. Porque yo me fui en 2001 y cada vez que vuelvo a Argentina no encuentro el país que dejé. 

Si bien yo me fui de un país en persecusión y cuando regresé en 2008 había un país en el cual ya no había el nivel de persecución que teníamos las personas trans cuando yo me fui, ya no tenía nada de lo que había dejado. La mayoría de mis compañeras habían muerto, mi activismo ya estaba centrado en el extranjero, muchas de las nuevas compañeras de Argentina ni siquiera me reconocían en lo que había hecho y pasado desde el inicio de lo que fue el activismo trans, ya que hasta el 93 que nosotras aparecimos era un activismo gay-lésbico. Mucho más gay que lésbico porque había muy pocas exponentes mujeres. Estaba Ilse, Claudina, y no había nadie más. Estaba Carlos Jáuregui, Marcelo Ferreyra, César Cigliutti, Freda, Gustavo Pecoraro… que nos empezaron a abrir la puerta. Como personas trans siempre nos costó el doble todo. Primero tuvimos que conseguir nuestro espacio dentro del movimiento gay-lésbico para que pudieran poner la T. Estamos hablando que desde el año 92 hasta el año 97 cuando recién muere Carlos Jáuregui, recién ahí se le puso la Marcha del Orgullo Gay, Lésbico, Travesti, Transexual. Antes de eso era la marcha gay-lésbica, y para la prensa durante muchos más años fue la marcha gay y el orgullo gay. Hasta que nosotras con la prensa hicimos un gran acto: hasta ese momento las marchas se hacían caminando y en silencio, y las personas trans llegamos con un camión con sonido. Fueron las primeras acciones de ir cambiando la marcha de protesta a la celebración, ya que para muchos era una protesta porque vivían esa misma situación durante todo el año, pero tenían la posibilidad gays y lesbianas de poder estudiar si se metían dentro de un closet. ¿Cómo le digo a una persona trans que sea menos trans? Es como decirle a una persona negra que sea menos negra, es imposible. En cambio una persona gay o una persona lesbiana podía conseguir meterse dentro de un clóset para poder continuar estudiando, para poder tener un trabajo. Yo entiendo que era mucho más doloroso pero lo podían llegar a conseguir, nosotras no teníamos esa oportunidad. En las primeras marchas los gays y lesbianas salían con máscaras porque podían perder a sus familias, la tenencia de sus hijos, si eran profesores podían perder su trabajo porque estaban expuestos a ser maestros con la niñez, entonces tenían muchísimo para perder. Nosotras no teníamos nada para perder porque ya lo habíamos perdido todo en el momento que nos habíamos puesto las tetas. Esa es la diferencia que teníamos dentro del activismo. Carlos Jáuregui en un momento dijo que nosotras habíamos traído un nuevo aire al activismo ya que mientras en ese momento gays y lesbianas pedían adopción, casarse y la obra social de su pareja, nosotras pedíamos caminar, ser libres, que no nos llevaran detenidas, que no nos arrestaran, que no hicieran con nuestro cuerpo la caja chica policial porque nosotras éramos plata caminando, lo único que tenían que hacer era poner un patrullero en la puerta de tu casa, en algún momento ibas a salir. 

S: Hay algo que decís en una entrevista que me quedó resonando y es que llevas la militancia en el cuerpo. 

B: Claro, porque es la visibilidad. El simple hecho de ser visible, de caminar como travesti de la calle todo el tiempo. Es como las mujeres que cada vez que salen a la calle tienen que estar pensando dos veces cómo se tienen que vestir, o tienen que estar pensando o avisando “ya llegué, llegué bien” cada vez que salís. Eso también es parte de una militancia en la cual hoy le dicen sororidad, antes le decíamos familia, autoprotección porque sabíamos que en cualquier momento nos podía pasar. Si alguna faltaba sabíamos que estaba hospitalizada, detenida o en la morgue.  

“Camino por la calle, incluida en los planes de la violencia pero también en los planes del deseo”.

(Camila Sosa Villada en Las Malas)

S: Con respecto al AMT, ¿Cuál es la importancia del Archivo en sí?

B: Cuando vino la democracia en el 83 lo primero que hicieron los organismos de DDHH es empezar a reconstruir la memoria. Cuando vino nuestra democracia hicimos lo mismo. El Archivo nace primero desde la visión que tenía Claudia Pia Baudracco que muere tres meses antes de la Ley de Identidad de Género. Y al morir ella, la familia sabía que teníamos una colección de hace mucho tiempo. Mucho antes de conocerla a ella yo tenía una caja donde venía juntando fotos, recortes, postales, una caja de recuerdos, como ese álbum familiar que se venía salvando en las mudanzas o era lo primero que se escondía por si teníamos riesgo de allanamiento. Así fue que pasó el tiempo cuando murió Claudia Pía y buscamos esa caja que ella tenía hasta que la encontramos en el sótano de donde ella estaba viviendo. Al encontrarla ya habíamos hablado con la familia que todo lo que era papeles nos quedaba para nosotras. El archivo utilizó eso como disparador. 

A mi me gustan mucho los documentales y había visto uno de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo donde contaban cómo habían hecho ellas para poder reconstruir la memoria. Entonces ellas contaban que lo más importante, dado que el estado se había encargado de tratar de destruir toda la mayor cantidad de pruebas posibles desde quemar archivos, destruir edificios, entonces estaba la complicación de cómo mostrar todo esto… entonces ellas dicen: es muy simple, tenemos la memoria de las sobrevivientes. Y mediante la memoria de las sobrevivientes pudieron construir edificios derrumbados, pudieron armar nuevos archivos y hacer esa reconstrucción. Allí fue cuando dije “tendría que empezar a juntar a las chicas”. Y así fue que se hace el archivo virtual, un grupo cerrado de Facebook donde empiezo a conectar a las primeras amistades y con el boca en boca en tres meses éramos 1800 que estábamos dentro de ese grupo compartiendo imágenes. 

Nosotras también necesitamos Memoria, Verdad y Justicia. El Archivo está recolectando la primera etapa, Memoria, para que así los distintos organismos de DDHH al ver nuestro trabajo puedan convertirlo en Verdad. Justicia ya no vamos a tener, quizá con el tiempo la justicia que vamos a poder tener sería un reconocimiento de lo que pasó, el poder ubicar nuestra historia como si fuera un libro más de la biblioteca histórica de la Historia Argentina. Que haya un libro de nosotras pero contado por nosotras mismas o nosotros mismos. Ya que hasta este momento lo único que se había contado sobre nosotras era lo que contaba la policía, lo que contaban los psiquiatras y los psicólogos, ya que los archivos policiales o de psiquiatría son los que hablan sobre nosotras. Y después de 1930 en adelante fue la prensa que hablaba sobre nosotrxs de la peor forma. Nosotras tuvimos que empezar a analizar distintos recortes periodísticos y distintos archivos y bibliotecas para empezar a rever la historia como la habían contado. 

Nuestro trabajo busca poder tener un archivo para que las nuevas generaciones puedan documentarse de lo que pasó ya que hoy tenemos una Ley de Identidad de Género en la que tenemos personas trans que nacen en libertad, que nacen con los derechos de poder cambiar su nombre pero si no hay un archivo que cuente por qué y que cuente todo ese proceso, se perdería una gran historia que fue la historia de la lucha de las personas trans para poder llegar a tener estos cambios. Desde la palabra travesticidio que la ponen como que es un nuevo término a partir de la muerte de Diana Sacayán que es un término que nació en el 87 con una mujer que era los recortes periodísticos de casos policiales. Una mujer muy feminista que era la que hacía nuestros relatos y fue la que nos dió un poco de dignidad después de nuestra muerte, y hacía la diferencia cuando esos escritos y recortes periodísticos los escribía un hombre. Ella fue la creadora del término travesticidio en 1987 que lo encontramos por primera vez en uno de los recortes de esa época. 

S: ¿En qué sentido el Archivo se proyecta como un dispositivo vivo y en constante movimiento?

B: Está vivo en el sentido de que el Archivo no es una donación por ejemplo desde Casa Susana de EEUU o el Museo Travesti de Perú. El Archivo no quedó en la colección de pie estancada. Es un archivo que está en constante crecimiento ya que no es que Claudia Pía fue la única coleccionista que existió sino que éramos muchas y todas teníamos el mismo mecanismo de ser herederas de distintas fotos. Por eso es muy común que muchas compañeras sean protectoras de fotos de compañeras que han muerto. estamos constantemente recibiendo acervos de distintas compañeras. Nosotras nacimos con el acervo de Claudia Pia Baudracco pero hoy en día tenemos 50. Acervo le llamamos a la colección que cada compañera dona, presta o da en concesión para que pueda ser protegida. Entonces el Archivo está en constante crecimiento, en constantes cambios. Porque no es lo mismo ser coleccionista y resguardadora de un material a ser archivista. El término implica la limpieza de material, el parate de la descomposición de la foto, protegerla con distintos materiales que utilizamos. 

La esencia del cambio es la diferencia que tenemos con otros archivos, que está en constante crecimiento, que está constantemente siendo consultado ya que tiene la novedad para el resto del mundo inclusive. Por eso es que nos convocan tanto del Reina Sofía en Madrid como en Berlín, Marsella, Colombia, Uruguay, distintos puntos que nos invitan a contar la experiencia de que somos un grupo en el que nosotras estamos documentando nuestra propia historia. 

S: ¿Qué subyace en esta forma propia, en las imágenes que cuentan ustedes mismas? ¿Qué relatos se cuentan en las fotos del AMT? 

B: Contamos nuestra propia mirada porque son fotos sacadas por nosotras mismas, son relatos escritos por nosotras mismas. Si hay algo cruel, está contado a nuestra forma y si hay algo divertido también. Es la visión de nosotras mismas. Hasta este momento siempre se habló por nosotras o nosotros. La diferencia es esa, que hoy estamos reconstruyendo nuestra propia historia y contándola nosotrxs mismxs de la forma en que sabemos hacerlo. 

Nuestro trabajo tiene que servir para que las nuevas generaciones no solamente conozcan sino que sirva de herramientas para poder pedir leyes. Una ley integral trans o una ley de conocer y reparar para poder reparar a las personas mayores de cuarenta años tiene que estar basada en el Archivo que está contando todo lo que pasó. Hoy en día el activismo trans está encabezado mayoritariamente por las nuevas generaciones. Hay muy pocas argentinas en el país que sean de la vieja camada en la cual pasaron ciertas situaciones, podría llegar a nombrar a Marlene (Wayar) nada más que queda de esa época, pero ella se ha tirado más a la parte universitaria. De las que trabajan en campo a la cabeza de un grupo son todas nuevas generaciones, que están basadas por los últimos años del activismo. Saben muy poco de los inicios, no conocen a Karina Urbina. Es más, hay muchas que piensan que está muerta y la otra vez en una reunión tuvimos que aclarar que está viva, lo que pasa es que tratan de ocultarla. Mucho influyó el feminismo en esto, solamente remarca a Diana y a Lohana. A Diana porque la mataron y a Lohana porque fue la única que conocieron, pero no fueron las únicas. Siempre hablan como si fueran las únicas referentes. Lohana Berkins empezó a hacer activismo en el 95, cuando nosotras habíamos empezado en el 93. Esto no es una vertiente de quién entra primero a la cancha, sino es una cuestión histórica que dentro del Archivo manejamos. Primero hubo una Karina Urbina que en el 92 firmó la primera marcha del orgullo, teniendo que soportar que fuera gay lésbica. Después vinimos nosotras en el 93 que empezamos a ir cambiando los nombres de las marchas. Hubo distintos grupos que estuvieron antes que Lohana y Diana y fueron los únicos conocidos. 

Otro tema histórico, por ejemplo: en el Salón de las Mujeres está la foto de Lohana y dicen que fundó ALITT en el año 94, y eso es imposible porque en el año 94 ella recién estaba entrando a AMMAR. En el año 95 entra a ATTA, y en el año 97 funda ALITT. Si vos cambiás fechas, también estás borrando toda una historia de otros grupos, y la estás posicionando en un lugar que invisibiliza al resto. Esas son pequeñas cosas que hacen cuando la historia no la contamos nosotras y la cuentan por nosotras. 

S: En las fotos del libro que va a salir se tocan varios aspectos, pero uno que me llamó la atención que vi resaltado es el Carnaval. ¿Cuál es el valor de ese relato?

B: La libertad. Porque vos tenes que estar dentro del contexto de toda esa represión, todos los edictos policiales y todo ese ámbito social, cultural, político, religioso. En todos los ámbitos que te puedas llegar a imaginar teníamos constantemente una persecusión, pero teníamos cuatro días de libertad, que eran los días de Carnaval. Podías estar penalizada, pero por esos cuatro o cinco días de Carnaval vos podías desfilar en la calle de la forma en que quisieras vestir, con todos los brillos que vos quisieras tener, hasta podías estar desnuda y recibir aplausos. Entonces, la primera muestra que hicimos fue “La construcción de una líder” porque se hizo en base a los objetos que había dejado Claudia Pía Baudracco. Pero la segunda exhibición que hicimos se llamaba “Exilio y Carnaval. En busca de la libertad”. Las que se podían ir podían encontrar la libertad todos los días. Sino tenías cuatro días al año que era el carnaval. Ese es quizás el por qué muchas resaltan el carnaval como parte de algo importante, porque era lo que todas esperaban año a año para poder vivir. Era el único momento de libertad que podía llegar a tener, de bailar en la calle, de que la misma persona que te señalaba o te mandaba presa ese día te tenía que aplaudir. El policía no te podía detener, tenía que esperar a que terminara el desfile y al final te podía llegar a arrestar, pero los mismos murgueros eran los que te cuidaban para que subieras arriba del colectivo. Por eso es que muchas marcan el carnaval con la misma intensidad que marcan el exilio, porque era la libertad. 

 “Las travestis trepan cada noche desde ese infierno del que nadie escribe, para devolver la primavera al mundo”.

(Camila Sosa Villada en Las Malas)

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Sol
Sol
3 years ago

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