Eugenia Tenenbaum: Dejar de mirarnos a través del otro

Eugenia nació Galicia y actualmente vive en Madrid, es creadora de contenido en Instagram y dicta talleres sobre Historia del Arte con Perspectiva de género.

MJ:¿Consideras que los museos europeos, entendiendo a estos como algunos de los más importantes del mundo, tienen perspectiva de género en la actualidad?

E:No. Considero que en los últimos años sí han mostrado en su mayoría un interés creciente en materia de producción artística femenina, pero me temo que es más una intención de blanqueamiento de imagen que una propuesta de inclusión real: las mujeres artistas siguen destinadas a exhibirse únicamente en exposiciones temporales, tras las cuales vuelven a coger polvo en los depósitos o a poder ser contempladas únicamente en colecciones privadas. Además, como nos comentó Sergio Rubira (uno de mis profesores) en una clase, aunque algunos museos implementen “paridad” a la hora de adquirir número de obras, siguen destinando un mayor grueso de sus presupuestos a obra masculina y no a obra femenina.  

MJ: Hace poco hablaste de los dichos de Laura Mulvey sobre el “monopolio de la mirada masculina” ¿Qué herramientas consideras que tenemos hoy las mujeres para poder enfrentarla?

E:Diría que es única y exclusivamente, el trabajo de otras mujeres que teorizan sobre la mirada masculina y desarrollan herramientas para diversificarla. Por desgracia, en las instituciones se sigue manteniendo el discurso hegemónico y la bibliografía sigue siendo mayoritariamente masculina, por lo que, al menos en mi caso, para empezar a implementar la perspectiva de género en mi disciplina he tenido que recurrir a la investigación y formación autodidacta valiéndome de las metodologías aprendidas en la carrera pero aplicándola a textos de teóricas feministas que desde los años 70 han orientado sus trabajos hacia esta corriente revisionista de la Historia del Arte. Por tanto, considero que la herramienta principal es valernos del trabajo de mujeres que han dedicado gran parte de su vida y trayectoria profesional a combatir la mirada masculina y el discurso artístico predominante, del mismo modo que creo que la divulgación juega un papel importantísimo a la hora de traer a la esfera pública los debates que se mantienen desde hace tantas décadas dentro de la esfera académica.

MJ: ¿Qué tan importante es esto en relación al futuro de las mujeres en el arte?

E: ¡Es importantísimo! No hay nada más triste que mujeres artistas creciendo sin referentes femeninos en su campo, problemática que, a su vez, es extrapolable a cualquier disciplina. Al final, si no conoces a mujeres en tu campo, terminas creyendo que la única forma posible de generar arte es siguiendo el modelo de los hombres artistas y, por tanto, de la mirada masculina. Potenciar la visibilización de referentes y la inclusión de la perspectiva de género, la perspectiva étnica y la perspectiva de clase es también abrir fronteras a personas situadas en los márgenes culturales para que se sientan con legitimidad de alzar sus voces a través de la creación artística y reclamen para sí esos espacios vetados, censurados e invisibilizados durante tantos siglos.

MJ:¿Consideras que las representaciones que históricamente se hicieron de las mujeres influyen hoy en la forma que tenemos de pensarnos o autorepresentarnos?

E: Desde luego. Al final, el arte en todas sus formas es el que contribuye a generar un imaginario colectivo. Aquello que no se ve, aquello que no se menciona, es también aquello que simplemente no existe. Las mujeres, a través de la asimilación de este imaginario colectivo profundamente sesgado, hemos aprendido a mirarnos a través de la mirada del otro, con todo lo que ello conlleva, sin preguntarnos por la posible existencia de otras formas de representación y, por tanto, de otras formas de mirar. Por eso es tan apasionante la creación femenina, porque aporta matices ni siquiera contemplados por aquellas personas que no los han vivido. 

MJ: Si tuvieras que nombrar mujeres que sean referentes para ti o fuentes de inspiración ¿quiénes serían?

E: Siempre que me hacen esta pregunta suele haber una parte que se mantiene estática en el tiempo y otra que va variando. La parte que no varía es aquella que involucra a las mujeres de mi familia: mi madre, mi abuela y mi tía abuela maternas, que han sido, son y siempre serán referentes, foco de inspiración y también base de apoyo para mí. Más allá de este círculo cercano y conocido, me referencio en mujeres como Desirée Bela-Lobedde, porque me ayuda a entender mis privilegios como mujer blanca dentro del sujeto político que ambas compartimos. También Linda Nochlin, porque fue una de las primeras mujeres que puso el puño sobre la mesa y reivindicó la producción material de las mujeres y cómo el sistema patriarcal también hunde sus raíces en el arte, seguida de teóricas como Estrella de Diego, Patricia Mayayo o Ángeles Caso. También me inspira la gran labor divulgativa de Diana Larrea, o las obras artísticas de Rosa Bonheur, Suzanne Lacy y Jenny Holzer, por no mencionar la literatura y poesía (respectivamente) de Luisa Carnés o Rosario Castellanos. Me siento afortunada de poder decir que mis mayores referentes y fuentes de inspiración son mujeres que han luchado en su momento por lo mismo por lo que lucho yo ahora: la inclusión de las mujeres en todas las disciplinas independientemente de su color de piel, sexualidad o clase social. 

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