Inés Efron fue invitada a participar como jurado del Festival Graba en Mendoza, y habló con nosotras en su visita. Acostumbrada a actuar en íconos del cine independiente como XXY, «el niño Pez» de Lucia Puenzo, » Amorosa soledad» de Martin Carranza y Victoria Galardi, «Cerro Bayo» » Glue» de Alexis Dos Santos, «Medianeras» de Gustavo Taretto, «La mujer sin cabeza » de Lucrecia Martel, entre otros trabajos, esta vez participa desde el otro lado de la pantalla.
Sofía: ¿Cómo estás viviendo el festival? ¿Qué has encontrado y cómo te sentís vos en el rol de jurado?
Inés: Estoy muy contenta porque tengo una especie de dificultad para ver cine. Nunca encuentro el momento para elegir ver una película porque quedo muy influenciada por lo que veo entonces siempre lo dilato. Y de repente esta fue una oportunidad excelente para un poco forzarme a ver cine, y creo que para mi hay un antes y un después en esto. Disfruté muchísimo la selección de películas que había, lo digo y me conmueve porque vi trabajos muy personales y llenos de talento.
S: Justo que hablás de lo personal, muchas veces nombras que tenes la particularidad de no poder trabajar en proyectos que no te sean personales ¿Qué lugar ocupa tu trabajo en la exploración de tu identidad?
I: Hay algo que voy descubriendo con el tiempo, esto mismo que decís de que cada vez me es más costoso hacer trabajos que no tienen que ver con mi identidad profunda. Justo el otro día vi XXY y me acordé de cómo yo tenía ganas de actuar antes y de ser otras personas, y no tenía miedo a concentrarme en cómo viviría el personaje y ahora eso es algo que ya no puedo negociar. Es como si te dijera que me cuesta tanto ser yo misma que no voy a hacer de otras personas así nomás. Ahora vengo de hacer dos películas y quedé medio agotada. Y a la vez está mi vida económica, trabajar de actriz a mí me rinde económicamente y lo necesito, pero yo creo que con la profesión de actriz hay una especie de dependencia de la mirada externa, como que te construye mucho la mirada externa. Entonces hay como una ausencia, que es la misma ausencia que te deja disponible para poder ponerte en la piel, no diría de personajes, del rango de emociones humanas, que para mi es lo que uno hace cuando actúa. Estoy hablando poéticamente porque quizá es la única forma en que puedo nombrar esto, es un tema complejo para mí también de nombrar.
S: En una entrevista con Clarín dijiste que la creatividad implica animarse a ponerse en crisis. ¿Seguís de acuerdo con esa idea? ¿Qué encontrás en la actuación hoy?
I: La actuación se ha vuelto en lo que me da tiempo libre, en algo que de hace muchos años ya hace que mi vida tenga mucho tiempo libre y que me permita igual que yo tenga mi economía y todo trabajando pocas horas. A partir de ese tiempo libre, hay algo como de estar fuera del sistema, y eso a mi me genera una crisis enorme pero que sigo eligiendo. Y ya después de dedicarme casi 20 años a esta profesión, empiezo a encontrar que en esa misma crisis de casi no saber qué hacer con mi mirada artística, qué forma darle, está mi potencia: en ese no saber, no pertenecer a algo, no saber qué forma darle a lo que siento. Y ahí viene esto de que quizá me llamen para proyectos y yo sienta “pero esta no es mi voz personal”. Igual puedo trabajar para un proyecto de otro, pero qué ganas de hacer algo mío, no sé qué. Bueno, tiempo, no hay apuro.
S: ¿Así surgió Vidriera?
I: Sí, claro, fue un deseo que si te digo lo arrastraba desde la infancia. Esas imágenes de mirar locales. Entonces me pregunto ¿Cuánto me llevó? ¿15 años? Entonces estoy abrazando los tiempos lentos que no son muy de esta cultura.
S: Aparte de tu formación actoral también tenes mucha carga de técnica corporal, de danza y yoga. ¿Cómo vivís el cuerpo en el contexto de pos pandemia? ¿Cómo imaginas el cuerpo del futuro?
I: Siempre hice cosas con el cuerpo porque es lo que más paz me da, me tranquiliza los miedos. Con respecto a tu pregunta, el otro día estaba en el aeropuerto y decían por megáfono: “Respete la distancia con otras personas”. Ahí pensé, qué interesante que esto sea una nueva ley, te cuidas de no amontonarte mucho, y lo sentí como algo expansivo, como si todos nos expandiésemos y necesitáramos más espacio. Y hay cierta distancia que trajo la pandemia que es necesaria para las complejidades de lo vincular humano, que a veces se pone demasiado pegoteado.
S: ¿Hay algún próximo proyecto en mente?
I: No, vengo de filmar unas películas muy bonitas que se estrenarán el año que viene y después yo estoy dando clases que es lo que más me apasiona y lo que más tiene mi autoría. Estoy con ganas de dar clases y viajar por el país, com porteña que se ha dado cuenta que es ombliguista y que no puede ser que no sepa más de la cultura de mi país, y estoy con mucha sed de empezar a instalarme en lugares y pasar períodos y poder dar clases en distintas provincias.