La dictadura del amor propio

En una era en la que la identidad digital es siempre positiva, el amor propio se posiciona como tendencia, como escape. Para algunos es una forma de disfrazar el narcisismo y un camino de ida hacia la soledad…¿Qué onda el quererse tanto? ¿De verdad nos salva?

Es sabido que las sociedades  posmodernas en que vivimos trabajan para convencernos día a día de que la productividad es la base del éxito. Insistien constantemente en que nuestro esfuerzo será siempre la única clave  para conseguir las herramientas que nos señalan como óptimas: libertad, autosuficiencia, rendimiento, etc. A todo esto,hoy se suma una nueva demanda: mientras producis, querete.

En las sociedades occidentales, existe la idea  que “el individuo” como tal ha existido siempre o que incluso es el único modo conocido de experimentar el mundo. Aunque si lo pensamos en términos concretos, “el individuo” comienza a consolidarse a partir del Renacimiento, e incluso recién logrará conformarse durante la Ilustración (donde comienza a desarrollarse al hombre como principal sujeto social). Antes de estos procesos, el mundo se movía en base a ideas que los grupos adoptaban y sobre las cuales organizaban su modo de vivir, de vincularse con otros. El individuo moderno no quiere ser parte de la masa social (la religión, el Estado, etc.) sino todo lo contrario, distinguirse: separarse del rebaño. 

“La noción del individuo, y la separación de los sujetos de la comunidad como supuestos entes independientes, se mezcla con la ideología de la competencia propia del capitalismo y con nociones materialistas-nihilistas, como la creencia de que no existe más que la existencia mundana y no hay una dimensión ética intrínseca a la existencia.” (Pijama Surf, ¿Cuál es el principal producto de la sociedad de consumo?: el yo). 

Este sujeto, inmerso en la sociedad de consumo trae consigo nuevas tendencias: seguidillas de productos, redes sociales y plataformas para fomentarse a ellos mismos. Lo que nos da una fórmula matemática socialmente compleja: 

Individualismo + Sociedades neoliberales + Redes Sociales

=  una suma que seguramente resta. 

Pero… ¿Cuán importante es realmente el rol de las redes sociales en todo esto? Muchísimo. Partiendo de la idea implícita que proponen Instagram, Facebook, TikTok (entre otras) de que la construcción de la identidad digital siempre debe fundamentarse desde lo positivo. En las redes no se expone la miseria, ni la tristeza, se expone lo bello, lo deseado, lo óptimo. 

Ante esta interrogante, Google como siempre puede decirnos si es una idea o si efectivamente está pasado: La respuesta no los sorprenderá.

Si se accede a las estadísticas de este buscador sobre “amor propio” o “frases sobre el amor propio”, por ejemplo en los últimos tres meses en casi todo el mundo , nos encontramos con el siguiente gráfico: 


Y ajustando la búsqueda a la República Argentina en el mismo período de tiempo: 

Podemos observar que las búsquedas son muy constantes, que tienen algunas variaciones, nos centraremos en sus similitudes: los picos se dan en días “festivos”, pero el auge en ambas estadísticas se produce el 14 de febrero. No puede ser casualidad. 

Ante la pérdida del autoestima colectiva, de lo que también conocemos como el “ser con otros” la tendencia actual nos lleva a “aparentar nosotros mismos”.

Para profundizar al respecto, consultamos al psiquiatra, Dr. Alfonso Trionfi:

 “Es bastante ancha la avenida que  se puede transitar en este tema. La definición del amor propio es un ocultamiento del valor real del amor. De este modo,  si te preguntas ¿Qué es ese amor propio?: una manera de justificar ese egoísmo, de que sientas que el amor empieza por vos. 

Aunque a eso le falta una segunda o una tercera parte, porque nunca te explican cual es el valor verdadero del amor propio, el sentido de vivir ese amor.  

Desde mi perspectiva por lo menos, esta sociedad tiene los planetas desalineados. Hablan de amor propio, pero es una forma de disfrazar un narcisismo que conduce en definitiva a muchas soledades, o a pseudo comunicaciones.”

El panorama nos deja al menos dos ejes principales desde los que podemos encarar el tema. La primera se relaciona con cómo las personas efectivamente buscan evadir el dolor y disfrazarlo como si fuese un modo de amar. Es decir, ante el más mínimo sufrimiento, ante la ausencia o la desaprobación de un otro el sujeto ya no intenta encontrar algún modo de enfrentar eso: sino que muy por el contrario, reforzará su trayectoria individualista de lobo solitario en el panóptico digital y avisará en sus redes a un público que él mismo imagina cómo expectante, cuán bien se esta soledad, cuánto se ama a sí mismo (e intentará creérselo). 

Para el segundo, podemos citar a Heidegger: “ El uno despliega una auténtica dictadura. Gozamos y nos divertimos como se goza; leemos, vemos y juzgamos sobre literatura y arte como se ve y se juzga; pero también nos apartamos del “montón” como se debe hacer; encontramos “irritante” lo que se debe encontrar irritante. El uno, que no es nadie determinado y que son todos (pero no como la suma de ellos), prescribe el modo de ser de la cotidianidad.”

Recordándonos que por más individuos, en el fondo somos animales sociales : y todavía en el mayor egoísmo ni siquiera somos auténticos. 

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Tati
Tati
2 years ago

Buenardo el articulo. Que capo Heidegger como le saco la ficha a las storys de instagram de toque

Zeyu
Zeyu
2 years ago

Buena reflexión …bien cruda ?