Pedro Bek: por una cultura de la ciencia

Se define como “Biólogo y neurocientífico en estado lisérgico estacionario”. Trabaja en Favaloro, Ineco, el Conicet, investiga sobre la memoria y milita la idea de acercar a la gente con los procesos científicos.

MJ: ¿Cuál sentís que es (o debería ser) el rol de las nuevas tic’s en el camino a una educación o cultura de la ciencia? 

P: Me parece que las tecnologías de información y comunicación están metiéndose en todos lados. Algo interesante es que ayudan a tener una visión un poco más real de los datos, es decir, si uno piensa que se están usando algoritmos de inteligencia artificial para analizar datos de todo tipo, siempre son mucho más masivos y representativos de lo que ocurre por ahí en un experimento del laboratorio o en alguna escuela en particular. Y me parece que también es más fácil, como se trata de medir fenómenos sociales, es más fácil de transmitir cómo se construye ese conocimiento y eso hace a la cultura científica. 

En particular, hay mucho avance, por lo menos en el campo en que yo me muevo, respecto al diagnóstico de salud. Con la capacidad de generar, a partir de muchos datos, algoritmos que sean bastante precisos para el diagnóstico y que pueden aportar un montón. 

MJ: ¿Cuáles consideras que son los principales desafíos a los que se enfrenta hoy la comunicación de estudios e investigaciones científicas?

P: Creo que son muchos. Seguimos teniendo una distancia muy grande entre lo que pasa en los laboratorios y lo que se transmite después o lo que llega a las personas que no son científicas o pertenecen a otras disciplinas. La información atraviesa muchos cambios hasta llegar a ellas y eso tiene que ver con muchas cosas: desde tratar de aumentar o hacer parecer que los resultados son más impactantes de lo que en realidad son  o esa necesidad de hacer parecer que el trabajo de uno es muy importante. Y cualquiera de estas distorsiones se amplifica muchísimo a través de los medios, de las redes sociales, lo que hace que muchas veces lo que llega de la información no representa muy bien lo que ocurrió realmente y en temas que son delicados, puede llegar a tener un impacto muy grande. No sé, si uno está hablando de la eficacia de las vacunas o lo que sea que venga de una interpretación errónea, puede llegar por ejemplo a que la gente decida vacunarse o no. Esto en términos de la polarización social o en las redes particularmente puede ser muy grande el impacto. 

Por otro lado, hay mucha falta de cultura del pensamiento científico, entre quienes no pertenecen a él. Falta muchísimo de educación científica, desde el jardín de infantes te diría. Con científica me refiero a cómo se produce el conocimiento, no a saber datos, catástrofes naturales o matemáticas. Sino a entender el proceso que eso lleva, así uno de más grande podría elaborar otra valoración de los datos y tener los recaudos necesarios para hablar de esa información. 

MJ: Tras el aislamiento social, ¿cómo recordamos el 2020? ¿cuán influyente es a ese recuerdo el rol de los medios y las redes? 

P: Hay algunos estudios ya que evalúan como es la memoria, sobre todo en tiempos de aislamiento y hay varias cosas al respecto. Una es que sobre todo durante el aislamiento la generación de esta especie de rutina elástica donde el día se pasa lento, pero cuando uno intenta recordar lo que pasó es rápido, porque parecería que no se hizo nada. Hay como una confusión, entre el cansancio que uno tiene y lo que recuerda efectivamente haber hecho. La realidad es que en términos de aislamiento, probablemente las personas hicieron mucho más que cuando no estaban aisladas.En el recuerdo, todo el mundo piensa que no hizo nada en todo el año, por lo lento que se hizo. 

Por otro lado, tenes la influencia de los medios y las redes sobre cómo se construye esa memoria colectiva que parte de las memorias individuales y de cómo sabemos que los distintos discursos modifican la manera en que recordamos porque sabemos que los recuerdos son lábiles y se transforman. Es decir que cada vez que recordamos algo o evocamos alguna experiencia, es susceptible a ser transformado por lo que obtenemos en la nueva información.  De esa manera, la memoria es más una reconstrucción que una construcción. Finalmente las personas tienden a converger en una memoria colectiva, por lo menos con la gente más afín ideológicamente. 

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