Susy Shock: la normalidad ya fue

Susy es una luchadora multifacética dedicada al arte en varias formas. Se auto define como artista, trans, sudaca: hoy viene nuevamente a nombrar lo que necesita ser nombrado.

MJ: Susy, me costó bastante saber como encarar esta entrevista así que decidí no empezar con palabras propias, buscar algunas tuyas y por eso pensé empezar a partir de mi poema preferido que es Yo, monstruo mío. Es un texto que tuvo mucha repercusión y que fue escrito hace varios años, ¿qué lugar ocupa hoy en tu vida ese manifiesto?

S: Es un poema que digo siempre que llego por primera vez a un lugar, me parece que es como un gesto no solamente de presentación sino también de agradecimiento. Son palabras que desaparecen de unx mismx y hacen su propio recorrido, sus propios abrazos. Siempre digo que la poesía es dual: yo llego a un lugar porque esa poesía pasó por ahí y estuvo dialogando con quienes me terminaron conociendo. 

Por eso siento ese agradecimiento, porque es un poema que ya no me representa solo a mí sino a la época, una época que sigue siendo. En ese sentido, a partir de su pregunta, siento que se va afianzando más, porque, aunque parezca una contradicción, ser parte de una comunidad donde empiezan a haber inclusiones es pensar que nosotras mismas tenemos que estar alerta de incluirnos en algo que sentimos que ya fracasó. ¿Cómo hacer desde la desesperación total, desde la enorme marginación que tiene la comunidad para no tocar todas las puertas? Si necesitamos estar adentro, tener obra social, estudiar. 

Es esa posibilidad de crítica, de vislumbrar lo otro, de sospechar de casi todo lo que tiene el arte. Que nos va a cuestionar siempre y cuando más cómodas estemos nos va a seguir cuestionando para ver si estamos haciendo las cosas bien. 

El poema es un grito, que sí habla de mi, mi derecho a, pero que busca ir huyendo de esa normalidad: necesitamos que nos quieran pero con nuestras propias reglas. 

No con las reglas de este sistema, que vuelve a insistir, fracasó. 

MJ: En esta reivindicación de la normalidad ¿Existe lo normal?¿Qué es?

S: Claro que existe una normalidad, es de lo que pretendemos huir, lo que nos ha hecho y sigue haciéndonos mal. La normalidad es mirar este mundo, este paternal, es correr para trabajar ocho horas de algo que no te gusta para hacer rico a alguien más. La normalidad es soportar que nos maltraten, para no sentirnos solas y quedándonos construyendo lo que nos dicen que son las familias. 

Entonces yo necesito gritar que no, que quiero correrme, no estar ahí porque me hace mal. Hay una frase que me gustó mucho que dice que “la normalidad es lo que nos hizo mal, la normalidad es lo que nos trajo a ahora”. Entonces hay que pensar, hay que soñar… yo hace años vengo diciendo ¿No hay nadie que me invite a soñar otra cosa?¿ O nos tenemos que acostumbrar a la angustia de vivir en este sistema?

Cuando digo que critico al capitalismo me dicen que defiendo al comunismo y yo lo que quiero es soñar, que no perdamos la capacidad de pensar que hay otras opciones, nuevas filosofías que nos alejan rápidamente de este fracaso y creo que el arte lo sigue haciendo. 

Y tengo plena fe en quienes vienen, porque lo demás ya fue. 

MJ: Tenés un vínculo o un llamado de atención hacia las niñeces y juventudes ¿Cómo los ves hoy, socialmente con lo que está pasando? En especial la movida de las pibas, ¿Qué sentís que tienen las pibas trans que hoy son adolescentes que no tuvieron ustedes?

Comunidad, pero también la comunidad que tiene hoy la política, que no solamente se ha unido para reclamar lo justo, sino que también es una política que piensa con el arte. 

Cualquier generación nueva googlea hoy la palabra trans y más allá de encontrarnos con una información limitada, prejuiciosa e inclusive ignorante de lo que es ser trans travesti, vas a encontrar  pensamientos, arte, deporte, conocimiento trans travesti. Esa sería la mayor ventaja que tienen las nuevas generaciones, aunque no es la única. Son nuevas generaciones que pueden encontrar espejos, nosotras teníamos que descifrar de este mundo binario y traducirlo a un mundo propio. Hoy hay todo un mundo travesti: te llegan poemas, canciones, películas, de alguien par. 

Y en el caso de las infancias libres, que son niñes que están jugando, me parece importantísimo. Yo creo que la primera persona trans travesti que conocí, incluso en la política, en la organización, en la calle, fue de grande.

Ojalá hubiera sido una niña que jugaba con otrx travita, ojalá hubiera tenido secretos amorosos entre niñas travas, ojalá mi primer enamoramiento haya sido de otrx niñe y no a la sombra de un mundo que no está preparado para nosotras. 

MJ: ¿Cómo pensás vos, primer hijo de la madre que después fuiste, que se están replanteando las maternidades y paternidades ante un mundo que está o busca estar cambiando? 

S: Creo que es un trabajo gigante, que no termina nunca y que creo que inclusive no vamos a saber si está bien hasta el final de nuestros días. Porque en medio de todo eso, está atravesado algo tan importante que es la autoestima y solamente la personita que se autoconstruye ayudada o contra ese mundo es la que va a dar cuentas de lo que sirvió finalmente de esto. Estamos en una época muy intensa, a mi me gusta estar viviendo esto, salvo por toda esta angustia de pensar en el planeta (ríe). Me gusta todo este tiempo, desde el regreso de la democracia, en las ficciones, en la ilusión de estos paradigmas, en las propuestas de nuevas formas, en ser parte, yo soy artista de esta época, desde entonces hasta acá, una época que está en discusión con los discursos. Entonces siento que todo es muy ágil, muy poderoso, con mucha información y nada de eso va a estar en contra. Y el resultado de eso será, o queremos, o necesitamos que sea, personas plenas.

Quizás hemos llegado a este fracaso porque no hemos estado plenxs, y creo que esta humanidad se da cuenta de lo que es también su derrota. Creo que son pocas las personas que pueden decirte que están plenas…

Yo lo aprendí en mi adolescencia cuando estudiaba teatro, eso quiero ser, o quiero tener, y todas esas interrogantes yo creo que se fueron diluyendo sobre todo en los últimos tiempos de enorme consumo, absolutamente alejadas de lo que entiendo yo como importante. 

Creo que todas estas generaciones tienen un montón de información, que tienen que surfear la época de tanta inmediatez, de tanta banalidad, de tanto mercado. 

El mercado nos enfermó, el arte nos debe salvar y ese es un sueño posible. 

MJ: Retomando esta idea que nombras de re pensarnos a nosotrxs mismxs, ví que tu forma de presentación es “Artista, trava y sudaca”, me llama mucho la atención ¿Es una reivindicación del lenguaje en tu autorepresentación?

S: Si, sudaca o trava, son palabras que todavía le siguen doliendo a muchas compañeras que aún no han podido dar ese salto para pararse y hacerse ese sentido de pertenencia. Pensar que soy eso, que me aman por eso y que propongo desde ahí, no tengo otra cosa con que disfrazarme y entrar en ninguno de los casilleros que me tiene preparados, todo lo contrario. 

Yo que tengo 51 años hoy, y que insistí el tema para que vaya por ahí, no voy a volver atrás, todo lo contrario. Más allá de lo comunicacional, es una frase que tuve que empezar a decir sobre todo cuando empecé a hacer notas y encontrarme con gente que quizás no tenía que ver con el feminismo o que necesitaba, aún en la comunicación, entender ante qué está. Gente que no se banca esa incertidumbre. Entonces la pregunta siempre era que tenía que describir quién era, y encontré en esa frase tan simple, el lugar desde donde quiero dialogar, que no es poca cosa. 

MJ: En tus palabras es muy fuerte el peso de tu reconocimiento geográfico, ¿cómo ves y sentís hoy a Latinoamérica? 

S: En principio, en peligro. Por estos fachismos que se han empoderado, de distintas maneras. Con distintas agendas, más o menos urgentes, más o menos preciosas, pero se han empoderado. Yo creo que eso es una respuesta también a nuestro empoderamiento, a los feminismos que vienen a discutirlo todo y que en un tiempo les ha dejado en silencio, les ha dejado sin argumentos. Y cuando vos no tenes argumento lo que te sale es la patada, la violencia, quemar todo. Eso es principalmente lo que está pasando creo. Y creo en nuestras redes para alimentar lo otro, porque este empoderamiento nos cuesta la vida, aunque mucha gente crea que exageramos, pero basta leer las cifras de femicidios, trans femicidios, travesticidios para ver que no estamos diciendo pavadas, todo lo contrario. Y detrás de eso hay claramente un discurso y un sostenimiento del odio. Cuando ves a dos pibes que los cagaron a palos por ser putos y besarse, detrás de eso hay un odio potente, hay una saña especial. Yo creo que lo que no toleran es porque no se animan, y no porque todo el mundo sea gay ni trava, sino porque no son libres. Están absolutamente ataditos por sus códigos heteronormativos que les sostiene las mentiras y los resentimientos, hasta que en un momento se les escapa. 

A mi me preocupa mucho que suceda esto en nuestro continente, es mundial igual, pero soy de acá, me duele acá. Me pasó el año pasado cuando fui a Belfast, donde había otro idioma y otra cultura. Yo cuando me presenté necesité decir: soy del sur. Del sur del mundo, más allá de Argentina o de Latinoamérica, es un olor, un sabor el que me acompaña, me distingue. Cuando más viajas más te identificas con tu tierra, con tu espacio, tu historia, con lo que falta sobre todo. 

MJ: Si hoy tuvieras que nombrar tus inspiraciones ¿quiénes serían?

Claramente mis cacicas, hermanas: Diana, Lohana, Marlen, que es mi contemporánea. Me parece que han sabido leer este país antes de darlo vuelta como lo han dado. Al punto de entregar un futuro posible, lleno de niñxs sostenedores a las generaciones que vienen, no importa si son gays, futuros trans o no: le han dado un niño mejor a la infancia que sea. Y eso lo van a entender más que nada las infancias, que lo van a vivir en el cuerpo, de alas abiertas, porque estuvieron ellas. Seguirán siendo mi inspiración. Porque eso también, es poesía. Han sido poetas sin garabatear ningún texto, un mundo más lejos del mercado, que nos indica ser artistas y ellas lo han hecho, recreado, reconfigurado, pero hermosamente.

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