JP Bonino: vectores y naturaleza delirante

JP Bonino (Montevideo, Uruguay) reside en Barcelona desde donde trabaja como fotógrafo. Entre vectores digitales y naturaleza delirante, trabaja con artistas como Louta y Nathy Peluso, marcas como Nike, Coca-Cola, Vice y Samsung. También es convocado a participar en campañas de moda y editoriales para revistas de todo el mundo.

Llamo a JP y me atiende rápidamente: 

• Alo, ¿cómo estas? Yo muerto, subiendo una montaña.
• ¿Ahora?
• Si, porque me vine hace unos días a Vall de Nuria a hacer unas fotos y me alquilé una cabaña que está en una cima muy muy alta en la montaña así que estoy muy agitado. Voy subiendo y aprovecho que hablemos.
  
  Entre la calle y la red, dice que no hay nada que le interese más que generar reacciones en el espectador. Inspirado en la virtualidad, sus obras escapan a la vorágine de la adultez, creando con su propio ojo de niño.
  

Sofía: ¿Cómo fue tu primera aproximación a las artes visuales? 

JP: Mi papá sacaba fotos, más como aficionado pero le pegaba duro. Sacaba con cámaras obviamente analógicas y aprendí un montón con él. Yo vivía en un lugar que se llamaba El Prado en Montevideo, Uruguay, era como un parque. Me acuerdo que siempre mi papá me dejaba las últimas cuatro fotos del rollo y me explicaba que primero había que poner el foco, el general no el de la foto, mucho más puntual porque eran muy poquitas las fotos que tenía ese rollo. Y ahí me hablaba sobre las diferencias de la luz, sobre ver cosas a las que el ojo no presta tanta atención, detalles, situaciones que quizás no ves con el ojo todos los días. Después en el Instituto Superior de Arte Fotográfico en Belgrano (Buenos Aires) estudié fotografía, revelado, escaneo, analógico, y después autodidacta a full. 

S: ¿Qué significa hoy la imagen para vos? ¿Qué te permite hacer? ¿De qué modo la utilizas?

JP: Le doy una importancia tremenda a la imagen pero en el buen sentido, es como que no hay nada que me interese más que generar reacciones en el espectador. No me interesa solo una imagen linda o sin un trasfondo, sino que busco  generar cosas en las cabezas de las personas y que se queden con algo. Siento que hay un montón de fotos lindas que las veo y a los 15 minutos me olvido que existen, a mi me gusta ir un poco más allá. Más que una definición de la imagen en sí te diría lo que a mi me gustaría transmitir con ella es eso: generar reacción. Cuando digo reacción puede dispararse para cualquier lado, las reacciones pueden ser diversas porque también te puede dar ternura, confusión, asco. Pero sí me interesa que generen cosas.

S: La fotografía en general tiene un poco ese halo de captar la realidad pero vos la utilizas para crear un mundo imaginario que habitaba tu cabeza y lo materializas en una imagen.

JP: Sí, no es que descarto la fotografía tradicional, pero si voy para ese lado también me interesa captar un momento, una situación o un detalle de algo a lo que el ojo humano por ahí no le da tanta bola. Siempre digo que el ojo está ocupado en cosas de adulto. Como un poco la apología que hacía El Principito cuando hablaba que el niño veía una víbora que se comió un elefante y el adulto veía un sombrero porque estaba ahí como para adelante full capitalismo, work, etc. Y es como un poco detener eso y mirar un poco más allá. Yo me siento un niño eterno.

S: En tu trabajo tenés referencias al juego de Los Sims, en tu primer video dirigido que fue Ámame de Louta usaste Google Maps. ¿De qué modo la virtualidad forma parte de tus inspiraciones? 

JP: La virtualidad me inspira un montón. Es algo con lo que convivo casi 18 horas por día. Un poco el video de Louta surge de que tuvimos que fusionar estos mundos. Nosotros queríamos ir a una montaña, janguear con Jaime por locaciones que nos inspiraban y nos gustaban un montón y la pandemia hizo que le diéramos este giro virtual. Es algo que decidí porque venía haciendo una búsqueda en eso, entendiendo que la fotografía se puede contar de una forma casi igual que en el mundo virtual. Porque lo que yo hago es decidir desde dónde vienen las luces, la composición, el encuadre y un montón de cosas exactamente igual a cómo lo haría con una fotografía entonces siento que se une y que funciona para la situación medio pandemica que vivimos.

S: Entonces… ¿Cuál es tu relación con las plataformas digitales? ¿Las vivís como herramientas? ¿Qué considerás que te permiten y en qué te limitan? 

JP: Mi relación es total. Me reparto 50 y 50, estoy la mitad de mi día intentando descubrir, aprender y crecer con todo el mundo virtual y la otra mitad en la calle foteando, conociendo y viendo cómo pasa la vida la gente, mirando. Las dos cosas me encantan. No me limita para nada, al contrario, me facilita un montón de cosas y me sorprende toda la vida. 

Las redes me ayudan obviamente a contactarme con personas conocidas o desconocidas y más en tiempos de pandemia porque es complejo salir, hay un montón de gente con miedo y que respetan la distancia entonces las redes me ayudan. Por ejemplo a Jaime lo conocía antes pero a Nathy no, ella me llamó para trabajar y la conocí y obviamente las redes hacen que generes un vínculo más fluido y pegamos super buena onda. 

S: ¿Hacia dónde vas? ¿Qué caminos querés explorar y hacia dónde vuela tu cabeza? ¿Hay algún proyecto que tengas en mente?

JP: No tengo idea a donde voy pero sé que voy, y sé que voy cada vez más alto. ¿Qué caminos quiero explorar? Todos los que pueda, todos los que me alcance la vida. Y ¿hacia dónde vuela mi cabeza? Capaz suena un poco redundante pero no siento que tenga un límite, y siento que mi cabeza vuela para cualquier lado también. Depende de un montón de cosas, la situación que esté viviendo, mi estado de ánimo, lo que esté transitando. Puede depender hasta de si sale un software nuevo que te teletransportas, ni idea. Y proyectos si, tengo unas cositas en mente que están relacionadas con el mundo del arte de tokens, el arte visual, criptomonedas y esa movida. Cuando salga les cuento.