Teorías de un amor en construcción

El infierno son los otros” 

Jean Paul Sartre.

Hace tres años que estamos juntos, pero solo tres meses desde que decidimos abrir la relación. Fue en una charla rarísima, medio borrachos, donde establecimos que ideológicamente entendíamos que la monogamia ya fue. 

Reflexion 1 : Nunca es fácil cambiar el modo en que establecemos nuestros vínculos, principalmente porque vivimos en una sociedad que se ha encargado de enseñarnos y deliminarnos las formas del amor: monogámico, heterosexual, y para toda la vida. Aún peor, nos hizo creer que si no entraba en alguno de estos formatos, no era sincero. Pero no va más. 

La yuta de la familia tipo se está cayendo: no solo reconociendo nuestras identidades de género, la orientación sexual de cada unx, rompiendo con el mandato impuesto de la maternidad, sino tambien dejandonos ver y crear nuevas redes sexo políticas. Es decir, comprendiendo que cada vínculo es particular y subjetivo, que los sentimientos son absolutamente personales y auténticos, que la alteridad es siempre un mundo nuevo. 

Cuando volvimos de vacaciones me costó muchísimo despegarme de la unidad en la que nos habíamos convertido después de los días de juntar leña en el bosque y chapar en la playita.  Él había vuelto  al laburo, la banda, iba sumando proyectos y ocupaba sus días en retomar la productividad de una vida adulta que la pandemia le había arrebatado.

Yo no tenía ni apuro ni intención de ocuparme de nada. Pensaba en él, en el tiempo juntos, en que necesitaba un chongo para no matarle (matarme) la cabeza. Qué paja conseguir uno. Mejor me limito a la compañía de un dildo en la mesa de luz. 

Reflexión 2: Leí en internet a alguien decir que la monogamia está sobrevaluada.Creo que es una afirmación errónea, las relaciones de exclusividad nos brindan la posibilidad de sentirnos a salvo, de creernos únicos y especiales. La correspondencia y la elección del ser amado constituyen a la construcción de un autoestima basado en la compañía del otro. 

Lo realmente sobrevalorado es la fidelidad. Para muchísimas parejas, la relación se formaliza cuando se decide dejar de estar con otras personas, para abocarse al sujeto amado completamente.

Existe otra clave, por la que podemos suplantarlo: la lealtad. El problema no es que pueda atraerte alguien más, sino la traición a fin de satisfacer ese deseo. 

Mi autoestima suele existir conflictuada, mutilada, esporádicamente erguida. Ese día no me sentía bien: ni con el mundo, ni conmigo. Él no trajo su teléfono y la paranoia me jugó una mala pasada: estará con alguien, le dará miedo que le llegue un mensaje. Me fui a llorar al baño del bar. Cuando pude calmarme volví y como de costumbre, no dije nada. 

Nos fuimos a coger: fuerte, con bronca, por todos lados. Quería sentir algo de él, calentura, enojo, no importaba. Después, tuve que ponerle palabras. 

Le dije que a veces me costaba, que yo estaba convencida, pero que los días eran complicados, que a veces pensaba en que ahora había toda una parte de la construcción de la vida cotidiana y la sexualidad del otro que desconocemos, que no sabía cuando me mentía o me decía la verdad. 

Él, que nunca en estos años me habló de sentir celos ni nada parecido, me dijo que también se sentía inseguro de vez en cuando. “A veces pienso que abrir la relación es más difícil que cortar, porque cuando te separas sufrís pero lo terminas por superar, en cambio ahora nos tenemos que hacer responsables de todo eso”, confesó.  

Reflexión 3: En cada caso, una pregunta se formula: ¿cómo introducir una relación con una instancia radical de otredad que no continúe el solipsismo y permita la consideración de la alteridad “en tanto alteridad”? O bien, ¿Cómo concebir al sujeto de otro modo que (no sea) en la comprensión empática del redoblamiento especular? (Latereau –  Dipaola, Cuando el otro es otro, pág. 53) 

Hegel considera que la fuente del movimiento es la contradicción interna del espíritu. A veces pienso que nosotros también vivimos ahora ese enfrentamiento. Es una negociación constante entre la  teoría ideal de un amor deconstruido, el peso del deseo ajeno, los prejuicios (propios, prestados) y la sinceridad del discurso. 

Sin embargo, seguimos eligiendo la libertad de poder ir y todavía querer volver. 

Lo miro, estoy segura de cuánto le quiero. ¿Cómo podría restringir algo que le de placer? 

Reflexión 4: La monogamia, según Esther Díaz, no admite variaciones en el placer. Al hablar de placer suelen relacionarse interpretaciones afianzadas a la vida sexual de la persona. No obstante, la construcción de un vínculo basado en la búsqueda de la compañía y la libertad del otro, nunca podría reducirse a aspectos tan abstractos.  La ruptura de la exclusividad del vínculo, lejos está de aportar a una serie de relaciones promiscuas. El foco de atención, está en el consentimiento. 

Me acuerdo también que cuando tuvimos esa charla, donde empezó todo, lo más complejo fue la elaboración de un contrato. Esa lista de reglas que inventamos, para llevar una relación ideológicamente acorde, psicológicamente sana. 

Es cierto que en todos los vínculos sexo afectivos (formales o no) con el correr del tiempo se establecen una serie de pautas implicitas que responden a las necesidades y a la personalidad de quienes la conforman. Pero no todas las personas lo ponen en diálogo. Quiero decir, a veces pienso que históricamente existen una serie de “mentores” (familiares, sociales, mediáticos) que modelan un vínculo en el que las personas tenemos que acotar nuestros sentimientos para encajar. 

 Reflexión 5:  El mercado del deseo  es una realidad histórica en la que operan fuerzas que te exceden, diría Eva Illouz.

Si algo nos enseñó el 2020 y concretamente la pandemia fue a establecer protocolos, es decir que para realizar cualquier actividad cotidiana debemos seguir una serie de reglas. Será que también las relaciones interpersonales lo necesitan: mantener el lugar de cada unx, respetar los tiempos, cuidar lo que sentimos, buscar los momentos para hablar, reformar la comunicación, re pensarnos constantemente. 

Ayer hablamos de nuevo, de lo que esperamos o estamos dispuestos a dar. Intenté decirle todo lo que me atravesaba, que en realidad es lo único que puedo hacer. Pensamos qué difícil es trasladar las ideas al plano de los sentimientos, cuán sincero era respetar los tiempos propios y las emociones. Cuando terminamos nos abrazamos, tomamos cynar. 

¿Y si dejamos de teorizarnos tanto?

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Marcos
Marcos
3 years ago

Tremendo. Felicitaciones ?

Agustina
Agustina
1 year ago

Te vuelvo a leer y te amo.